Si Lavapiés fuera una canción, este piso sería ese temazo que no puedes dejar de tararear. Porque sí, hay pisos bonitos… y luego está este: 55 metros cuadrados de puro carácter, en una finca con ascensor y con tanta personalidad que te va a hacer tilín desde el primer vistazo.
Vamos por partes, como en las buenas historias. Entramos y lo primero que piensas es: “Vale, aquí alguien ha hecho las cosas con cabeza… y con gusto”. Nada de espacios sin alma. Aquí todo está hecho a medida: paneladores que encajan como piezas de Lego, una mesa de pino artesana para esas comidas largas que se convierten en sobremesas eternas, y una distribución que te lleva, paso a paso, hacia el gran final. Porque sí, el salón y la cocina están al fondo de la vivienda, como el clímax de una buena película. Y cuando llegas, te encuentras con un espacio abierto, lleno de luz natural, donde cocinar es un placer, charlar se vuelve un ritual y cada rayo de sol que entra por los dos balcones exteriores a la calle es una palmadita del universo diciéndote: “Bien hecho, has encontrado tu casa.”
Pero ojo, que aquí no acaba la magia. Tiene dos habitaciones: Una principal, con una puerta de hierro de las que no se olvidan. Una entrada que podría estar en una galería de arte o en una peli de Tarantino. Cuando la cruzas, sabes que entras en tu refugio, tu templo, tu espacio.Y otra individual, perfecta para ese despacho, estudio, habitación de invitados o ese cuarto para guardar todo lo que no cabe en tu vida… pero aún no te atreves a tirar. Él baño, completo, funcional, y bonito. Que ya está bien de baños tristes y sin gracia.
¿Y el edificio? Tiene ascensor, lo que significa que tu espalda y tus bolsas del súper te lo van a agradecer desde el día uno.
Y ahora, la joya de la corona: la ubicación. Estás en Lavapiés, el barrio donde cada calle tiene su historia, donde los grafitis cuentan más que muchos museos, y donde puedes desayunar arepas, comer ramen, merendar vermú y cenar curry. Todo sin salir del barrio.Aquí no necesitas coche. Ni bici. Ni excusas. Todo está cerca. Estás a un paseo de Atocha, del Reina Sofía, de la Filmoteca. Tienes bares con solera, terrazas con alma y vecinos con historias. Y por si fuera poco, Tapapiés. ¿Necesito decir más?
Este piso no es para cualquiera. Es para ti, que buscas algo diferente. Que no quieres vivir en una caja blanca con suelos grises y alma de catálogo. Es para ti, que sabes que la vida es demasiado corta para vivir en un sitio que no te emocione.
Así que ya sabes: si buscas una casa con garra, estilo y ubicación imbatible, ven a ver este piso. Pero te aviso: te vas a enamorar. Y esta vez, no hay marcha atrás.
Comparar listados
Comparar